RETAZOS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA DE SAN VICENTE MÁRTIR
A finales del siglo XVI la localidad de Paracuellos y el resto del marquesado de Malagón, pasa a pertenecer al señorío de Medinaceli y al fallecer sin descendencia Dª Guiomar Pardo de Tavera, última marquesa de Malagón, el título pasa a los duques de Medinaceli.
La construcción de la iglesia de san Vicente Mártir, a finales del siglo XVI, desplazó paulatinamente el asentamiento original de la ribera del Jarama (situado a las faldas del castillo de Malsobaco), a los aledaños de la nueva iglesia, ya que “el alma necesitaba diariamente de cuidados”. Se dice que por estas fechas los habitantes de Paracuellos sufrían mucho de resfriados y bronquitis porque el viento soplaba sin obstáculos en el camino que diariamente hacían los devotos para asistir a misa.
Ya existían con anterioridad –se desconocen las fechas-, la pequeña iglesia de Santa Ana que la Señora de Paracuellos Dª Guiomar García Tavera de la Cerda, tuvo siempre muy presente favoreciéndola económicamente y dotándola de elementos ornamentales de gran categoría. También había tres ermitas: la de la Concepción, cerca del castillo de Malsobaco, la de San Miguel y la de San Sebastián. Posteriormente se construyó la de Nuestra Señora de Belvis y un humilladero con la imagen de la Pasión.
El primer templo dedicado a San Vicente Mártir, empezó a construirse en el silo XIV, siendo D. Gil de Albornoz arzobispo de Toledo y Señor de Paracuellos quien inició las obras.
En el libro sobre la vida de Santa María de la Cabeza, se nos habla de quiénes y cómo se inició la obra, aunque no concuerden los personajes: “Últimamente prueba la antigüedad, nobleza y jurisdicción de esta villa, con la traslación que hizo en el tiempo del cardenal D. Gaspar de Quiroga, arzobispo de Toledo, de la iglesia vieja, que estaba fuera del pueblo, a la nueva, el título de San Vicente Mártir, siendo su cura Párroco el Maestro Andrés Fernández Prieto, canónigo que fue de León y natural de esta villa, en la que está sepultado: el cual en muy breve tiempo, con su celo y fervor, pudo juntar veinte y dos mil ducados de limosnas que le dieron particulares de la misma villa; la cual sabe, por tradición de sus antepasados, era solar conocido de diez y ocho linajes de hijosdalgo: y que cuando era de la Orden de Santiago, estaba reputada en tercer lugar, después de la Mayor, y la de León, entre las encomiendas de esta Orden”.
En el último tercio del siglo XVI los Duques de Medinaceli se hicieron cargo de los gastos del final de la obra de la iglesia que fue finalmente inaugurada en 1581. Recientemente se ha descubierto una piedra con la fecha exacta: reza el año 1587.
ARQUITECTURA
Los Duques de Medinaceli terminaron una iglesia sencilla pero de grandes dimensiones, mayor que las existentes en otras poblaciones cercanas, dato que confirma el importante núcleo de población existente en aquella época. Su estilo es Barroco tardío, muro de carga con ladrillos con cajones de mampostería, tres naves separadas con pilares y arcos de medio punto.
La nave central, más alta que las laterales, está cubierta por una bóveda de cañón con lunetas, al igual que la capilla mayor, las naves laterales con bóvedas de aristas, el crucero rematado con una cúpula elíptica y los brazos del crucero con bóveda de cañón.
A los pies, en el lado de la Epístola, se sitúa la torre de planta cuadrada y con cuatro cuerpos de ladrillo y mampostería, separados mediante impostas de ladrillo. Las puertas son sencillas con arco de medio punto, una de ellas tiene el escudo de la familia de los Medinaceli y en sobre otra se existe una hornacina con la que se supone es la imagen, en piedra, de san Vicente Mártir, decapitado.
INTERIOR
Desgraciadamente como consecuencia del expolio sufrido durante la Guerra Civil, no son muchos los datos fidedignos que nos quedan de cómo era el templo por dentro, pero, sí que por lo que se podrá considerar un “milagro” se conservó en la sacristía un valiosísimo libro de inventario que data del siglo XVIII (1726), en el que se recogen los mismos desde esta fecha hasta 1946. El más representativo fue es el realizado el 22 de agosto de 1911, cuando la iglesia de San Vicente Mártir alcanza su mayor esplendor artístico y religioso.
A continuación se detallan las principales obras: altares, imágenes y lienzos que llegaron a reunirse en el templo en su día.
INTERIOR DEL TEMPLO ANTES DEL EXPOLIO
El interior del templo estaba adornado con nueve altares:
ALTAR MAYOR
Estaba compuesto por un retablo con 6 cuadros:
- Cuatro de ellos representaban el “Martirio de san Vicente”, titular de la parroquia
- Otro la ”Anunciación”
- Y el último el “Nacimiento del Niño Jesús”
El retablo estaba acompañado de ocho imágenes de talla y un tabernáculo.
El presbiterio poseía dos cuadros grandes: el de la izquierda representaba a “San Francisco de Asís en el desierto” y el de la derecha a “Adoración de los Santos Reyes”. Además cuatro sillones, dos bancos y una verja terminaban de cerrar el presbiterio.
ALTAR DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA SALUD
Estaba integrado por un retablo acompañado de cinco imágenes de talla:
- Una del Santísimo Cristo
- Otra de la Virgen de los Dolores
- San Pablo
- San Vicente
- San Antonio
ALTAR DE LA VIRGEN DE LA RIBERA
El retablo existente estaba acompañado por una imagen de la Virgen María y otra imagen en piedra de la Virgen del Pilar.
ALTAR DE SAN ANTONIO DE PADUA
Era un retablo sencillo con la imagen del santo mencionado.
ALTAR DE SAN JOSÉ
Retablo pequeño adornado con tres imágenes de reducido tamaño
ALTAR DE ÁNIMAS
Integrado por varios cuadros de pinturas
ALTAR DEL SANTO CRISTO DE LA TORRE
Poseía la imagen del Santo Cristo en un retablo.
ALTAR DE SAN ISIDORO
Era un retablo pequeño que contenía tres imágenes:
- El propio San Isidoro
- San José y San Nicolás (éstas de reducido tamaño)
ALTAR DE LA VIRGEN DE ROSARIO
Compuesto por un retablo con las imágenes de la citada Virgen y de San Sebastián Mártir. Tres cuadros terminaban por adornar dicho retablo.
En el centro del templo existía:
- Una Cruz de madera bajo dosel, también de madera.
- Dos imágenes de Cristo Crucificado y una imagen de San Francisco sobre una mesa de madera.
- Dos cuadros grandes situados a derecha e izquierda de la puerta principal:
- El primero representaba la “Natividad del Señor”
- El segundo la ”Anunciación de Nuestra Señora”
- Un cuadro colocado sobre la puerta de subida a la torre en el que estaban representados Santo Domingo y varios Santos.
RETABLO PRIMITIVO
En Diciembre se cumplirán 406 años del inicio del proyecto de construcción del Retablo de la Iglesia de San Vicente Mártir. Para ello, el 15 de diciembre de 1608, fue examinado y aprobado por D. Juan Pardo Tavera (Señor de estas paracuellenses tierras), al maestro escultor, ensamblador y arquitecto de retablos D. Mateo González, y ese mismo día se le dio a informar la construcción de un retablo de madera de la iglesia de Paracuellos.
La obra, no podía exceder de 2000 ducados. Este hecho fue ratificado por Mateo González, y Catalina de Estrada, su mujer, ambos vecinos de Madrid, y cuyo fiador de la obra fue Fabricio Castello, pintor de Su Majestad Felipe III, residente en la corte y responsable de bastantes obras de arte en el Monasterio del Escorial. Esto se escrituró ante Alonso de Argüelles, y se empezó la construcción del retablo de la Iglesia de San Vicente en nuestra Villa, firmándose el contrato en Madrid el 24 de Marzo de 1609.
Las obras del retablo se tuvieron que concluir antes de 1610, pues ese año Juan Porres, Alonso Carbonell y Mateo González, forman una compañía para realizar una serie de obras en la capilla que el conde de Frauhenburgo tiene "en la sala del capítulo del convento y monasterio de San Jerónimo a extramuros de Madrid”. Como se ha comentado anteriormente al ser destruido durante la Guerra Civil, no existen imágenes que nos muestren como era.
INTERIOR EN LA ACTUALIDAD
En el inventario realizado en 1946 se recogen las imágenes que existen actualmente; son imágenes contemporáneas realizadas en el Taller de Olot en su mayoría.
Destaca la lámpara que cuelga de la nave central, es un modelo original realizado en los talleres Cascales, de nuestra localidad, diseñado por su propietario, don José Cascales; está realizada en tubos de hierro macizo de 30x10 con pletinas, las tulipas de cristal las adquirió D. José en Ludory, establecimiento especializado, sito en la calle de La Puebla, 1 de la capital; está pintada en oro y patinada también en oro, su peso es de 175 kg., y para colgarla de la cúpula el mismo sr. Cascales utilizó una grúa de mano. Generosamente la donó a la parroquia para las fiestas patronales de Pentecostés sobre el año 1986.
La pintura que adorna el Altar Mayor también es de reciente elaboración, ya que realizó a principios de los años 90.
Fuentes: Fuentes parroquiales – Encontrando a Paracuellos de Jarama – Paracuellos Digital.